Política Maya
DR©Michel Zabé/Arqueología Mexicana/Editorial Raíces/INAH/2000 |
Los nombres de los gobernantes mayas variaban según la región; entre los mayas yucatecos del periodo postclásico, a la cabeza de la sociedad estaban los Almehenoob -la nobleza hereditaria-: gente de linaje ilustre destinada por los dioses para mandar sobre los demás. Dentro de esta casta estaban los gobernantes o Halach uinicoob, palabras que significan "hombres verdaderos"; los sacerdotes, entre quienes destacaban los Ahau can -señores serpientes-, los chilames, los Ah kinoob -señores del sol- y los ahmenes; les seguían los jefes guerreros -Nacomes- quienes formulaban los planes estratégicos de la guerra y, dentro de la misma clase privilegiada, los comerciantes o Ah polom.
Desde el punto de vista político, los Halach uinicoob, como máximos gobernantes, gozaban de facultades muy amplias; se cree que eran ellos quienes formulaban la política interior y exterior del Estado con la ayuda de un Consejo compuesto por los jefes principales, los sacerdotes y los consejeros especiales.
Asimismo, los Halach uinicoob nombraban a los jefes menores de los pueblos y aldeas, conocidos como Bataboob, quienes guardaban con ellos una especie de relación feudal. A su vez, los Bataboob fungían como jueces para resolver causas criminales y civiles en su área de gobierno y, aunque no se les daba tributo, los sostenía el pueblo.
Al igual que entre la nobleza, dentro de la clase sacerdotal los cargos eran hereditarios; los Ahau can eran, al mismo tiempo, hábiles administradores, prominentes filósofos, respetados matemáticos y astrónomos y líderes espirituales; por su parte, los chilames y los Ah kinoob fungían como profetas en distintas ocasiones, y los ahmenes, como curanderos.
Finalmente, bajo la élite, que abarcaba desde los Halach uinicoob hasta los Ah polom, se encontraban los Ah chembal uinicoob u "hombres inferiores", quienes formaban parte de la clase económica y materialmente productiva; eran ellos quienes labraban la tierra, levantaban las construcciones, realizaban trabajos artesanales y otras tareas esenciales para la supervivencia del resto de la sociedad. Esto permitía a la nobleza dedicarse a las altas creaciones intelectuales y artísticas, es decir, al cultivo del arte y la ciencia.
La parte más baja de la escala social la ocupaban los esclavos o ppentacoob. Al parecer, la esclavitud se practicó desde el periodo Clásico hasta el Postclásico; los ppentacoob eran, generalmente, cautivos de guerra, aunque también había esclavos por nacimiento, por haber practicado el robo, por orfandad o por compra-venta.
No obstante esta estricta división de clases, es posible que los Halach uninicoob fueran no sólo los máximos gobernantes, sino también las autoridades eclesiásticas y guerreras de mayor categoría, pues se cree que durante el periodo Clásico el gobierno era una teocracia en la cual los poderes más altos, tanto civiles como militares y religiosos, se concentraban en un solo individuo.
Así, la vestimenta de los Halach uinicoob variaba de acuerdo a la función que ejercieran en determinados momentos: como jefes de Estado llevaban un cetro en la mano derecha, y en la izquierda un escudo redondo; como líderes religiosos sostenían una barra ceremonial de dos cabezas, y como militares del más alto rango portaban, por lo general, una lanza o una macana.
La forma en que los mayas se relacionaban política y socialmente no era gratuita: se correspondían con su compleja visión del mundo, en la cual la religión -íntimamente relacionada con la astronomía- jugó un papel fundamental para determinar la posición de cada individuo en el cosmos. Gobernaban los sabios sobre el resto de los hombres y cumplían los demás sus deberes para garantizar, de esa manera, la supervivencia de la comunidad y, quizá por extensión, la de su propio mundo.
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